Qué visitar. Casco urbano

Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol

Templo barroco realizado en mampostería y remates de sillería. Planta de tres naves cubiertas con bóveda de medio cañón con lunetos, capilla mayor poligonal, coro y torre a los pies, al lado de la Epístola. En la torre-campanario octogonal destacan dos bajorrelieves de factura gótica empotrados en su cuerpo inferior. La puerta de ingreso, sobre la que consta la fecha de 1770, es un arco de medio punto de impresionantes dovelas y enmarcada en un arco triunfal de sillería. Alberga una reconstrucción de la escala santa decorada con cerámica de Teruel que se encontraba en la ermita de Santa Celestina. Es el hito arquitectónico más importante del casco urbano por su dominancia visual.

Ayuntamiento

El edificio de dos plantas y falsa bajo cubierta, sigue la tipología tradicional de los consistorios del sur de Aragón con trinquete —lonja de dos arcos rebajados apoyados sobre columna central octogonal— integrado en la planta baja. Construido con mampostería y alero de teja y ladrillo, en el edificio también se encontraba la carnicería, las escuelas y graneros municipales, «los granericos», hoy en día rehabilitado para usos culturales. Aunque la datación tradicional es del siglo XIX existen documentos sobre este edificio del siglo XVII.

Fuente-abrevadero del Bacio

Fuente de sillería con hornacina de medio punto con frontón, dos grandes caños de bronce y abrevadero con un gran muro de sillares anexo. Se distinguen dos fases constructivas. La primera, el abrevadero y restos de una hornacina con frontón antiguo datado en 1689, y la segunda, la fuente actual con fecha de 1888. Asociado a la fuente-abrevadero se encuentra el ‘lavador’ o lavadero, del primer tercio del siglo XX.

Casa Muñoz

La Casa Muñoz es un gran edifico de mampostería sin encalar y remates de sillería con vanos encuadrados. Cuenta con tres plantas más falsa bajo cubierta destinada a palomar, y bodega. Era el centro de una amplia extensión compuesta por eras, pajar, teñada, corral y vivienda para el servicio anexa. De 1776, sigue la tipología palacial aragonesa con tejado a cuatro aguas coronado por un lucernario octogonal, alero barroco de media caña, enrejados y una portada con arco conopial.

Casa de don Florencio Escorihuela

Gran casa de mampostería parcialmente encalada con diversas fases constructivas. Probablemente la original sea del siglo XVII o XVIII, con sillares en dinteles, jambas y algunos paramentos de la fachada a poniente, y alero de teja. Tradicionalmente, debido a las dimensiones del inmueble y a la calidad de su construcción, se ha especulado con que fuera un antiguo convento, sin embargo, no hay prueba documental acerca de este extremo.

Casa Calvo

La casa Calvo, actualmente Rubio, es una notable vivienda que presenta diversas fases constructivas, aunque la más antigua probablemente sea del siglo XVI o XVII. El conjunto presenta una fachada principal de gran plasticidad con dos grandes balconadas y un portón de entrada al patio con ménsulas.

Casa de los Romeros

Edificio de mampostería de los siglos XVI o XVII, en la actualidad se distribuye en dos viviendas con un desigual grado de conservación. Destaca el arco de medio punto que da acceso al patio y el carasol de la fachada sur. Sobresalía el trabajo de marquetería de los vanos.

 

 

Casa del Pelao

Datada en 1534 su estado de conservación es pésimo, amenazando, lamentablemente, ruina. Construida en mampostería, remates de sillería y alero de madera, tiene planta en forma de «ele». Sus fachadas principales son de gran plasticidad, destacando los cerramientos de madera tallada, la puerta blasonada de la vivienda hecha con buenas dovelas y el gran arco de entrada de las caballerizas. Contaba con amplios anexos.

Casa de Gaspar Blasco

Aunque constan referencias documentales de esta vivienda del siglo XVII, no destaca tanto por su valor patrimonial (bastante desfigurado) sino por haber sido la casa natal del padre del gran escritor Vicente Blasco Ibáñez, don Gaspar Blasco.

 

 

Pairón de Antón

Pairón de piedra de cantería e imagen del santo de antigua y evocadora factura.
Ruinas de la ermita de Santa Celestina
Situada junto a la iglesia parroquial, se trata de una construcción del siglo XVIII, seguramente elevada sobre restos de otra anterior; su fábrica es de mampostería y ladrillo. La ermita tiene una sola nave de tres tramos con arco triunfal y las cubiertas, que fueron de bóveda de arista. La puerta de ingreso, a los pies de la nave, es arquitrabada y de sillería. La iluminación se producía por medio de óculos que destacan en las fachadas laterales. Es de planta rectangular y en un lateral se aprecia un antiguo arco dovelado tapiado con fecha de 162-. Contenía la escala santa de cerámica turolense que fue restaurada y trasladada a la parroquia de San Pedro Apóstol.

Ruinas de la nevera

Restos consistentes en una bóveda de planta circular soterrada y construida con hiladas de mampostería. En ella se almacenaba nieve para los meses veraniegos.

 

 

 

Información: www.sipca.es