Vencidos los españoles por los musulmanes, se derraman como un torrente por nuestro suelo, y no cumpliendo las promesas de respetar los bienes, las personas, las reyes, la religión y los templos santos, todo lo arrasan y saquean.

Ante este diluvio de males, muchos españoles con sus Obispos y sacerdotes, movidos del celo de la religión y amor a la patria, toman las imágenes de Dios y de la Virgen, las preciosas reliquias, los libros y vasos sagrados, y huyen para esconderse en las cuevas.

Por lo que respecta a Aguilar, es muy probable que los moradores de éste, situado en la partida de los ALIAGARES, desaparecerían, casi en su totalidad, por su heroica resistencia, no sin antes haber escondido aquella Imagen bendita para que no fuera profanada por la Media Luna.

Virgen de la Peña_1

Distante como cuarto y medio de legua del lugar de Aguilar, en la Comunidad de Teruel, se mira situada sobre la extremidad de una Peña muy elevada, por cuya raíz pasa el río Alfambra, la Ermita antigua de Nuestra Señora de la Peña, así llamada por haber aparecido sobre la que hoy sustenta a su Ermita. Cerca de ésta se ven ruinas varias y un trozo de muralla muy gruesa y fuerte: son residuos, sin duda, de alguna fortaleza que hubo en este sitio en tiempo de los Musulmanes.

Liberada la comarca del poder musulmán, son los historiadores los que nos narran la aparición. «Llevaba una devota pastorcita su ganado por esos terrenos, y como siempre se enderezase y encaminase hacia el sitio donde hoy está la Ermita, obsérvolo con algún cuidado, y sin duda inspirada del Señor, vino al dicho sitio y apareciéndose Nuestra Señora, la significó la voluntad de ser allí venerada la Santa Imagen que allí adoró, devota, la pastorcilla.

Dio esta cuenta a sus padres del favor; pero despreciando su dicho, como de niña sencilla, oyó segunda vez la misma insinuación de boca de Nuestra Señora en otra aparición: diola la Reina Soberana unas señales en el rostro -no dice la tradición cuáles fueran- conque se acreditó el favor, y quedó confirmada la verdad de la aparición.

Alegre el lugar de Aguilar trasladó la Santa Imagen a la Parroquia, pero luego volvió aquella al sitio áspero y fragoso de la aparición, con cuyo favor vista la voluntad de Nuestra Señora, fabricaron la Ermita en la cima de la Peña.

Así consta por la tradición de Aguilar y su comarca; se cree piadosamente, ser la imagen del tiempo de los Godos, escondida allí, como reliquia del pueblo antiguo, situado en los ALIAGARES.

Es la Imagen de madera; tiene el Niño Jesús en el brazo izquierdo: está como sentada en una sillita; tiene de alto dos palmos y medio y la silla palmo y medio. Imagen, silla y corona son de una pieza; el vestido es una túnica y manto al uso antiguo.

Es muy singular el patrocinio de esta Imagen en socorrer a los enfermos y afligidos de varios accidentes y en las necesidades de agua. En esta materia, se tuvo por milagroso favor el que sucedió a principios del siglo XIX.

Hallábase afligido Aguilar con extrema necesidad de agua y sereno el cielo, aún en el mismo día en que se determinó traer la Santa Imagen en procesión a la Parroquia. Apenas se publicó esta rogativa comenzaron a descubrirse algunas nubes y, habiendo llegado el pueblo en procesión al Santuario, ya se notó mayor apariencia de lluvia; formose la procesión para salir con la Santa Imagen y apenas salió ésta de la Ermita comenzó a llover, y con la singular circunstancia, que iba como deteniéndose la lluvia sin mojar a otros que a los que cerraban la procesión, y apenas llegó la Imagen a la Parroquia, se desataron las nubes en abundante lluvia, que duró una hora, con que se vio socorrido el término sólo de Aguilar.

Virgen de la Peña_2

No hay Cofradía especial, sí una agregación de los devotos a la de San Antonio Abad, Santa Bárbara y Santa Catalina Mártir, y se hizo esta agregación el año 1655, siendo Pontífice Alejandro VII. Es copia de la Historia de Faci.

En el camino de la Virgen, se encuentra el «sitio» en el que descansó la Virgen. Ciertamente, a un metro de altura hay una gran piedra transversal en cuyo centro hay grabada una cruz; abajo, en el suelo, existe una inscripción borrosa en una piedra llana y fina, por lo que no podemos saber a qué año se refiere, ya que la Imagen, a través de los años, ha sido llevada muchas veces a la Parroquia. Pero, ahí está el monolito como testimonio perenne.

Ermita de la Virgen 

La Ermita, en el transcurso de los años, sufrió modificaciones para su conservación.

En la actualidad está bien conservada, ya que fue reparada después de la Guerra. En ésta desapareció el retablo barroco del Altar Mayor, y en cuya hornacina, estaba colocada la Imagen pequeñita de la Peña. Terminada aquélla se costeó la nueva Imagen, reproducción de la anterior.

Existía una tumba, en la sacristía, conteniendo los restos de un Magistral de Teruel, llamado Civera, la que también fue profanada. Su lápida de mármol negro desapareció entre los escombros, y nadie recuerda el contenido de la inscripción. Dicho señor poseía una casa en el pueblo.

La fiesta de la Virgen de la Peña se celebra el martes siguiente al tercer domingo de Octubre. El día anterior tiene lugar la de los Santos Mártires, San Fausto, San Constancio, San Clemente y San Benedicto. Antiguamente la costeaban los Clavarios. En la actualidad, sino hay voluntarios, el Ayuntamiento.

Por cierto, que las fiestas más solemnes y simpáticas de Aguilar eran antiguamente las de la Virgen de la Peña.

Aquellos dances y soldadescas que, de cuando en cuando, se ejecutaban; las procesiones disparando morteros que asustaban a los pequeños, el ondear de los estandartes agitados por el viento; los sacerdotes con ornamentos labrados en oro y plata; el volteo de las campanas; el correr de los niños; las melodiosas notas de la gaita y el tambor; el silencio y recogimiento de aquellas largas filas de gente; las entonadas voces de la concurrencia cantando los gozos, a la entrada de la Ermita… todo esto arrancaba gruesas lágrimas de emoción, al pueblo enamorado de su Virgen de la Peña.

Coronación de la Virgen de la Peña 

Según la tradición, el año 1846, le fue robada a la Virgen la corona que ostentaba. El pueblo, para desagraviarla, celebró una fiesta religiosa colocándole otra nueva.

En tan solemne y simpático acto no podía faltar el típico dance popular, máxime cuando entonces se guardaban las reglas de moralidad y así debía ser, ya que estos dances populares no eran sino los célebres «Autos Sacramentales», aunque un poco desvirtuados. Eran una representación plástica de la vida de algún: santo, o de un misterio del Señor.

Se celebraban en la vía pública o plaza principal del pueblo. Los pueblos vecinos concurrían al pueblo en el cual se celebraba algún acto de éstos, saliendo todos edificados de la moralidad y del esfuerzo que suponía para realizarlos.

Gozos a la Virgen de la Peña 

Virgen pura y singular,
Pues la experiencia lo enseña;
Madre de Dios de la Peña,
Líbranos de todo mal.
Con divina providencia
Dejó Dios, es cosa clara,
Vuestra imagen porque hallara
En Vos el pobre clemencia;
Pues que nos podéis librar
Con hacer a Jesús seña,
Madre de Dios…
En la pérdida de España
Teniendo el rigor del Moro,
Escondió tan gran tesoro
El godo, piedad extraña;
Nadie lo puede negar,
Pues la antigua edad lo enseña.
Madre de Dios..

Fue favor particular
Que Aguilar le cupiera,
Que en él, el godo escondiera
Una joya singular;
Es escudo en confortar
Sus devotos si se empeña.
Madre de Dios…

Milagros tenéis obrados
Más que tiene el mar arenas,
Sino que llegan apenas
Los que están necesitados;
Confiados pueden llegar
El mismo Cristo lo enseña.
Madre de Dios…

Apenas abre la boca
El enfermo deshauciado
Cuando salud ha cobrado
Si a Vos, Señora, os invoca;
En la fe no ha de dudar,
Verá si se desempeña.
Madre de Dios de la…

Ya fue traza del Señor
Querer que en alto estuviérais,
Porque mejor descubriérais
Nuestro trabajo y dolor;
Pero no hay desconfiar
Del amparo de tal dueña.
Madre de Dios de…

Por tener, Reina, experiencia,
que a nadie decís que no,
Llegan todos, llego yo
A implorar vuestra clemencia;
1lega el Ángel a hablar
con un Ave gracia plena.
Madre de Dios de la…

Pues que sois nuestra Atalaya
El defendemos os toca,
y pues amor os provoca
tener el demonio a raya;
que si no le hacéis temblar
hará de todos desdeña,
Madre de Dios de la…

Madre sois de pecadores
y es muy propio de una madre,
Cuando está enojado el padre
humilde decidle amores;
si ablandáis solo en mirar
y sin mostraros risueña,
Madre de Dios de la Peña
Líbranos………

Rogativas a la Virgen de la Peña 

Todos los sábados de Mayo se hacía la rogativa a la Virgen de la Peña, celebrándose allí la Santa Misa.

Concurría todo el pueblo, los clavarios eran portadores de sendos cirios -hachas-, así como los cofrades.

De regreso se hacía alto frente al Cementerio y, después de rezar, por los difuntos, se pasaba lista a los vecinos y quienes faltaban, sin causa justificada, abonaban 25 céntimos que pasaban a engrosar los fondos de la Cofradía.