Es el edificio, junto con la Iglesia, más singular de Aguilar.

Fue edificado en el último cuarto del siglo XVIII y su comienzo debió estar por el año 1776 (coetáneo, pues, con la construcción de la Iglesia y con la inscripción latina de la ermita de Santa Catalina), fecha que figura grabada en la piedra clave de la portada.

Casa Muñoz_1

La casa Muñoz fue situada en un punto apropiado dentro de la gran extensión urbana de Aguilar (gran extensión relacionada con el número de sus habitantes, característica que distingue a Aguilar de los demás municipios de la sierra turolense), de modo que la singularidad del edificio es visible desde gran parte del pueblo y de sus alrededores, y en consecuencia desde las habitaciones de la casa puede contemplarse gran parte de Aguilar y los hermosos campos que se extienden a sus pies.

El edificio es de planta cuadrada con su fachada principal orientada hacia el sur, teniendo adosada una casa en su lado este, que antaño perteneció al patrimonio de la familia Muñoz.

Casa Muñoz_2

La casa era apropiada para cobijar una familia agraria acomodada:

En su planta baja estaba la gran cocina de amplia campana octogonal, la sala de estar-comedor, la bodega, la recocina, la despensa, el amasador de pan y la amplia cuadra para el ganado de trabajo y de transporte.

En medio de la planta hay un gran patio o vestíbulo con la puerta de acceso, y del que arranca una escalera con hueco de planta cuadrada por la que se accede a toda la casa. Esta dicha escalera iluminada por una gran linterna provista originariamente con ventanas cerradas con alabastro traslúcido y estando rematada por una cúpula, estructura que destaca por encima del tejado, en cuya parte más alta hay una graciosa cruz-veleta de hierro forjado.
Casa Muñoz_3

En el primer piso están las habitaciones dormitorios con sus típicas alcobas, el salón de respeto y un pequeño despacho.

En el segundo piso, de habitaciones más amplias y mucho menos cuidadas, se almacenaban las cosechas, el grano y servía de despensa para la guarda y el secado de los productos del matacerdo y del sacrificio de otras reses.

Finalmente, en la última planta o piso de falsas se guardaban las cosas de menor uso y valor e incluso servía de palomar, fundamenta1mente, para aprovechar el sierre de estas aves como abono orgánico a utilizar en las tierras de labor.

Arquitectónicamente es un edificio interesante de la arquitectura aragonesa de finales del siglo XVIII: Una planta cuadrada equilátera, unos muros de carga exteriores, cuatro columnas de piedra que limitan un sus ángulos la escalera, perfectamente centrados con relación a aquellos y que conjuntamente reciben la carga que soportan y transmiten las vigas de madera de pino que forman las tres plantas de la casa, la cúpula-linterna y el tejado.

Las ventanas y balcones practicados en las tres fachadas libres y la linterna de la escalera permiten que todas las habitaciones de la casa estén bien iluminadas, incluida aquélla. La escalera es muy amplia y cómoda, con hermoso baragoste de madera con atoques del mismo material y pavimento de ladrillos cerámicos, pero una peculiaridad constructiva permite alcanzar desde ella las habitaciones posteriores a través de puertas pequeños pasillos y reducidos escalones. La escalera ofrece perspectivas estéticas desde la puerta principal y desde cualquier punto de la misma.

Puerta_casa_Muñoz

La cocina-hogar primitiva debió ser muy grande, comprendido el actual salón-hogar con la chimenea más la cocina moderna recientemente acondicionada, teniendo el fuego-hogar en medio y recogiendo los humos una gran campana suspendida del techo. Este tipo de hogares con gran campana completa pueden verse en casas antiguas altoaragonesas en la provincia de Huesca, y que permitían sentarse a mucha gente alrededor del fuego central durante los largos y crudos inviernos de nuestras tierras.

Otros elementos constructivos que posee la casa desde su origen son las puertas y ventanas del primer piso, muchas de la planta baja y las del segundo piso que dan a la escalera. Son piezas de madera de pino hechas de cuarterones que en general se conservan bien.

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El paramento exterior nos ofrece una fachada principal, sobria, de mampostería reforzada en las esquinas con sillares, en su mayor parte de rodeno y otros de caliza, alegrándola la presencia de una portada muy bien realizada y bella, bastante bien conservada, también de piedra caliza, y con unos balcones y ventanas situados simétricamente y enmarcados por orlas de yeso, con hierros en los balcones que todavía conservan parte de los graciosos adornos característicos de la época de su construcción, habiéndose recientemente sustituido la anacrónica reja correspondiente al comedor de la casa por otra en consonancia con su estilo.

En la fachada oeste hay una reja del siglo XVIII bastante bien conservada, sencilla y muy hermosa. Y el alero curvo de yeso es característico del estilo aragonés de finales del siglo en que se construyó el edificio.

Los actuales herederos de la familia Muñoz practicaron en 1979 obras de restauración y de conservación eliminando elementos modernos.