El horno

Consta de dos plantas. En la primera se encuentra el horno “cueva de bóveda” en piedra y pavimento con grandes y gruesas piedras de arena, propias para mantener el calor. Es una obra maestra de ingeniería antigua.

A la espalda de la boca del horno hay un espacio suficiente para palear y tener leñas a mano para la “lumbrera”.

El resto, formando un gran salón rectangular y con pavimento de piedras cuadradas y rectangulares, tiene, en el centro, largos tableros para depositar las masadas transformándolas en panes, bollos, tortas y pastas.

Alrededor de las paredes y en dos filas superpuestas, se alinean tableros para colocar los panes antes y después de la cocción.

La planta alta se encuentra a nivel con la calle posterior y se utiliza para guardar las leñas, que calentarán el horno cada día. Estas leñas las depositaban los vecinos en la mencionada calle, y el hornero las introducía al interior, llevando el orden vecinal.

El horno es propiedad del pueblo, y el Ayuntamiento lo arrendaba a particulares.