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Paisaje del chopo Cabecero y Chopo cabecero del Remolinar

El chopo cabecero es un chopo negro(populus nigra) transformado en árbol trasmocho mediante la poda o escamonda de sus ramas cada 10 o 12 años con el objetivo de conseguir madera: largas vigas que eran empleadas para la construcción o como combustible. Su trabajo periódico convierte a los cabeceros en árboles longevos y monumentales y les confiere una morfología peculiar y de gran plasticidad: tronco bajo, muy grueso y de corteza rugosa, y una protuberancia callosa en su coronación que le da el aspecto de ‘cabecero’ y de la que parte un haz de largas y rectas ramas.
Estos rasgos permiten que cada ejemplar de cabecero constituya un pequeño ecosistema, dado que, entre sus ramas, raíces, grietas, oquedades y agujeros entre los que se forman charcos y pequeños rezumaderos de agua, encuentren cobijo todo tipo de aves, pequeños mamíferos, insectos, musgos e incluso plantas.

El paisaje del chopo cabecero resulta de la congregación de numerosos ejemplares de árboles, por lo que suele estar condicionado por la presencia de agua: orillas de ríos, barrancos, ramblas, acequias, fuentes, rezumaderos y, en Aguilar, muy destacadamente, las riberas del Alfambra. No obstante, existen ejemplares de gran envergadura aislados junto a caminos y campos de labor, y que además de ser utilizados como proveedores de madera se empleaban como lugar de descanso a su sombra durante las faenas agrícolas.

Este paisaje es una versión simplificada de los bosques de galería naturales, constituidos ahora en dehesas fluviales de chopos y sargas, trabajadas de la misma manera. El trabajo forestal y ganadero transformaba las orillas de los ríos en espacios aptos para la ganadería al servir como prados, cabañeras y majadas veraniegas, y evitaban la pérdida de suelo en las grandes riadas y crecidas, lo que permitía conservar la superficie agrícola de los campos de labor que se abren a los lados de las choperas. La integración de labores forestales, ganaderas y agrícolas dio lugar, además de a un paisaje, a una cultura tradicional que fue reconocida por el Gobierno de Aragón en 2016 como Bien de Interés Cultural Inmaterial. Asimismo, en 2017 se ha iniciado la constitución del Parque Cultural del Paisaje del Chopo Cabecero en Aguilar y pueblos ribereños del Alfambra.

Aunque el uso productivo del chopo cabecero ha decaído mucho en las últimas décadas debido al éxodo rural y al cambio tecnológico, Aguilar es uno de los lugares en los que aún se trabaja esta masa forestal como fuente, principalmente, de combustible. Además del razonable estado cualitativo de la masa forestal de chopos cabeceros, Aguilar cuenta con uno de los conjuntos cuantitativamente más grandes de Europa.

Estos árboles y su paisaje están conociendo en la actualidad un creciente interés científico y social, como demuestra el premio obtenido en 2015 por uno de estos ejemplares aguilaranos en el concurso Árbol Europeo del Año: el chopo cabecero del Remolinar, sito al pie del camino homónimo y junto al Alfambra. Este árbol monumental ha sido catalogado por el Gobierno de Aragón como Árbol Singular con el máximo nivel de protección.

Información: www.boa.aragon.es, https://aplicaciones.aragon.es

 

Castillo, ermita y cluse de la Virgen de la Peña

El castillo, catalogado como Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón, es de finales del siglo XII y fue construido para dar cobertura a los avances de la conquista aragonesa hacia el sur. Se localiza en el extremo del mismo cerro sobre el que se asienta la población a un kilómetro de distancia. Solo es accesible por levante, ya que se encuentra rodeado por los desfiladeros que forma el río Alfambra al cortar el cerro. Seguramente el castillo era de planta rectangular de unos 60 por 40 metros de lado, conservándose dos muros de sillarejo de gran espesor con saeteras formando un ángulo recto, y restos de la plataforma de entrada y una torre.

La ermita de la Virgen Peña está construida, precisamente, con materiales del castillo, empleando como sacristía la torre que defendía la entrada a la fortificación. El templo seguramente date del siglo XV y tiene planta rectangular, coro y una sola nave cubierta por tejado a cuatro aguas. La portada está compuesta por un arco dovelado de medio punto en el que destaban numerosas marcas de cantero.

La cluse es una formación geológica consistente en un un corte transversal de una fila montañosa realizado por una corriente fluvial al descender su nivel de base. La de la Virgen de la Peña ha sido catalogada como Punto de Interés Geológico por el Gobierno de Aragón con el máximo nivel de protección.

Información: www.sipca.es, www.boa.aragon.es

Ermita de Santa Catalina y restos del aeródromo de la Guerra Civil

Ubicada a unos 2 km del casco urbano en el camino a Jorcas, la ermita de Santa Catalina es de una sola nave construída con mampostería y cantería. Es del siglo XVI en estilo gótico con cabecera poligonal y bóveda de crucería estrellada. Cuenta con coro y la puerta de ingreso es un arco de medio punto dovelado protegido por un atrio adintelado. Sobre la puerta consta una inscripción latina del siglo XVIII con un privilegio papal: Ecclesia sacrosanctae basilice vaticane principis apostolorum ad indulgentiarum participationem perpetuo agregata anno 1774 a Clemente XIV pontífice.

Junto al templo se localizan los restos del antiguo aeródromo construido durante la Guerra Civil para el Ejército del Aire de la República consistentes en la pista de aterrizaje y despegue, un edificio auxiliar y subterráneos periféricos. La pista fue utilizada durante años posteriores como gravera, por lo que queda un gran hueco.

Información: www.sipca.es

Ermita del Santo Cristo

Próximo al casco urbano, es un templo del siglo XVIII realizado en mampostería y fachada principal de sillares, planta rectangular y con una sola nave cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos. Presenta arco triunfal de medio punto y una techumbre de madera a cuatro aguas, decorada con hermosos canes de madera labrada, que cobija el atrio y se apoya en dos columnas de sillería por medio de zapatas de madera. Las colummnas de fuste cilíndrico, descansan sobre los muretes laterales del atrio.

Información: www.sipca.es

Molino de San Antonio

El Molino-serrería de San Antonio se encuentra próximo a la ermita del Santo Cristo y destaca por su interés etnológico, conservando la antigua zona de molienda y serrería, así como por la plasticidad del conjunto arquitectónico y por la belleza del paraje, rodeado por grandes chopos cabeceros, prados y huertos cerrados de piedra seca. Su antigua balsa presenta la peculiaridad de que se eleva sobre el desnivel del terreno gracias a dos hiladas de chopos cabeceros cuyas raíces sostienen las paredes del vaso.

Estrecho de la Hoz y ruinas del molino del Remolinar

En la partida del Remolinar, antes de llegar al Estrecho de la Hoz, aún pueden verse las enigmáticas ruinas de un antiguo molino-serrería, con los restos de la balsa, acequia y bóveda de arco apuntado por la que salía el agua.
El Estrecho de la Hoz es un paraje natural de gran belleza paisajística y valor medioambiental en el que no es extraño ver manadas de cabra hispánica recorriendo los riscos y roquedales del entorno. Se encuentra en la base meridional de la cluse de la Virgen de la Peña, edificio que corona el cortado a través del cual solo pasa, encajonado, el río Alfambra.

Masada y encina del Cerrado Galindo

La masada está situada los pies del camino viejo a Camarillas. Las primeras referencias documentales de la misma son del primer tercio del siglo XVII. Es un amplio edificio de mampostería y dos plantas compuesto por vivienda, establos y graneros que destaca por su interés etnológico y natural, ya que cuenta con fuente y con una carrasca centenaria y monumental de 4,10 m de perímetro en la base, 15 m de altura y 19,2 m de diámetro de copa, inventariada por el Gobierno de Aragón como árbol singular.
Información: https://aplicaciones.aragon.es

Huertos cerrados de piedra seca

Aunque pueden encontrarse muros de mampostería construidos con la técnica de piedra seca en muchas partidas del término, incluso en la Sierra, destacan por su gran valor etnológico los de la zona de la huerta, entre las ermitas del Santo Cristo y Santa Catalina, formando un paisaje humanizado de gran belleza plástica.

Puente y pairón

Puente en desuso del primer tercio del siglo XX de tipo viga, realizado fundamentalmente en hormigón. El tablero se asienta sobre una pila y los estribos laterales y los tajamares circulares suben hasta la cornisa. La pila central está realizada en hormigón al igual que el tablero, pero los estribos laterales se encuentran realizados en piedra, siendo esta diferenciación de material el único elemento decorativo del puente, así como la armadura que asoma en la cornisa. Se conserva la sencilla barandilla, realizada en hierro y hormigón.
A pocos metros del puente, a los pies del antiguo trazado de la carretera, en la actualidad camino, se localiza un pairón conmemorativo de cantería que ha perdido registro de su origen.
Información: www.sipca.es

ZEPA Parameras del Alfambra y cañón del río Alfambra

El cañón del río Alfambra es una extraordinariamente larga y espectacular formación geológica que continúa por el término de Galve catalogada como Itinerario, Punto de observación y Espacio de reconocimiento geológico por el Gobierno de Aragón. Es refugio para grupos de cabra hispánica.
La Zona de Especial Protección Para las Aves (ZEPA) Parameras del Alfambra es un espacio natural protegido que forma parte de la Red Natura 2000. Se extiende por diversos municipios, siendo el de Aguilar el que ofrece una mayor superficie dentro de este espacio de alto valor ecológico con 1.458,07 hectáreas. Se localiza en los parajes serranos alomados del municipio con cotas que superan los 1.400 m de altura y a lo largo del extenso cañón que forma el río Alfambra. La vegetación consiste en matorral almohadillado de aliagas, jadreas, tomillos…, y bosquetes relictos y ejemplares dispersos de enebros, sabinas y carrascas. Dada la vegetación esteparia y los cortados rocosos alberga poblaciones de interés de rocín o alondra de Dupont, ganga ortega, terrera común, bisbita campestre, buitre leonado y águila real.
Información: www.boa.aragon.es, http://aragon.es/estaticos/

Balsa de la acequia Molinar

Aproximadamente un kilómetro después de la ermita de Santa Catalina, en la base del camino a Jorcas y en dirección a esta localidad, se encuentra la balsa de la acequia Molinar, un dispositivo hidráulico inédito en el Alto Alfambra de valor etnológico y paisajístico.

Azudes del río Alfambra

De los tres azudes que llegaron a existir en Aguilar, perviven dos, de gran interés etnológico y paisajístico: el de la acequia Molinar y el de la acequia del Sargal. El primero se encuentra enclavado ya entre los términos de Jorcas y Ababuj, y forma un notable salto de agua. El segundo se encuentra en una de las zonas adehesadas más amplias de la chopera del Alfambra con ejemplares de chopos cabeceros de unos trescientos años de antigüedad.

 

Yacimiento de icnitas del Rompido – Panel del camino del Remolinar

En la partida del Rompido se descubrió un importante yacimiento con icnitas de dinosaurio. En él hay huellas sin identificar además de otras terópodas y saurópodas muy pequeñas que probablemente pertenecen a dos grupos o pequeñas manadas. El afloramiento también contiene dos huellas enormes, probablemente saurópodas. Existe una reproducción del yacimiento visitable y a escala real en el camino del Remolinar equipado con panel explicativo.

Información: http://rabida.uhu.es

Pairón de la Solana

Pairón de cantería con una gran cruz grabada en bajorrelieve localizado en el camino homónimo.

Pairón conmemorativo

Pairón conmemorativo en memoria de Salvador Romero, muerto por un rayo en 1888. Es de cantería y está a los pies de la carretera que une Aguilar con Ababuj.

Merendero y pairón de San Antonio

Área recreativa y de descanso conformada por una arboleda, mesas y bancos de obra, parrillas y fuente. En la misma partida se localiza el pairón de San Antonio, del que solo pervive del original el basamento, siendo el resto obra nueva de labrillo visto.

Antigua cantera de piedra de amolar

En el camino a la Virgen de la Peña, sobre las laderas del Cerrico, se abre una grieta perfecta que recorre de un lado a otro un saliente alomado. Es una antigua cantera cuyas piedras se empleaban para elaborar muelas para molinos. Aunque de modestas proporciones, es un lugar de interés etnológico.